¿Comprender la realidad de la Iglesia como sacramento o instrumento de la unión íntima con Dios? Se tiene primero que aclarar la duda de cuando hablamos del espacio de Dios, ese que trasciende con toda criatura, entonces encontramos que en un sentido muy básico, la Iglesia, es un espacio mensurable y geométrico que desplaza al espacio originario que está a la mano de lo familiar, una zona teofánica para un signo de divinidad donde se remite al fundamento y expresa lo trascendental. Para que la feligresía encuentre un espacio social de fe, donde los hombres intentan entenderse entre sí.

Así podemos afirmar entonces que la Iglesia como comunidad de Fe, ha surgido de tal acción del Espíritu Santo. Y este, el Espíritu Santo, es el tercer miembro de la Trinidad, es un personaje del Espíritu, sin un cuerpo de carne y huesos. A menudo se le llama el “Espíritu de Dios”, el “Espíritu del Señor” o “el consolador”.

Mi Dios y el Cielo de concreto
Mi Dios y el Cielo de concreto

A revelación de Él, las verdades se muestran ante nuestros ojos, para recibir un testimonio seguro del Padre, que se comunica con nosotros de una manera certera para nuestros sentidos naturales. Y estos a menudo encuentran un examen donde la oración, meditación y búsqueda de la dirección de Dios, hace que pasemos al camino de la vida, donde compartimos altibajos del día con amigos o familia.

Cuando esto sucede, practicamos una adaptación muy abreviada a dicho examen, pero dejar el ejercicio ahí, nos haría perder dicha conexión. Y por tanto, no tendríamos la presencia de Dios con la falta de acción intencional y sin acorde a su voluntad.

Así dejamos:

  • De tomar consciencia de la presencia de Dios.
  • De tener gratitud.
  • Inquietud en las emociones.
  • Pérdida de la oración.
  • De seguir el camino a Dios.

Tomar estas acciones, nos ayuda a distinguir el juicio y en especial el propósito de Dios.
PD. Para mis amigos de Pastoral de Adolescentes.

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