Como ya lo hemos mencionado en notas anteriores, la Cuaresma tiene una duración de 40 días (dando inicio el Miércoles de Ceniza y finalizando el Jueves Santo) y durante este periodo se nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones y forma de vida; a esto se le conoce como la Cuaresma, tiempo de arrepentimiento. Pero.. ¿Cómo lo hacemos?, aquí te decimos cómo vivir esta Cuaresma.
Estamos por terminar la Cuaresma y seguro se estarán preguntando, ¿qué debo hacer para arrepentirme de mis pecados? Es sencillo, debemos vivir como hijos de Dios, esto es recuperar el camino y vivir en paz con uno mismo. Recuerda que en la Cuaresma resaltamos el color morado para indicar el luto y la penitencia, la reflexión y conversión espiritual. Es el tiempo para meditar todo aquello que te ha alejado del camino de Dios, escucha su palabra, acércate para ayudar al prójimo, escúchalo, comparte y ama a los tuyos.
Sabemos que no es fácil, una conversión interna siempre es difícil y lo es por el simple hecho de que tenemos que enfrentarnos a nosotros mismos y exponer nuestros pecados con total transparencia, reconocer nuestros errores y perdonarnos a nosotros mismos (nadie más que tú carga con tus pecados). El perdón es el acto más humilde y sincero, se hace con total entrega y confianza en uno mismo o en los demás, es algo sumamente liberador. Es como cuando ves a un niño sonriendo por ver una mariposa volar, así tal cual, debemos reflejar nuestro sentir y conexión con la naturaleza y con nuestros semejantes, sin fingir o demostrar una personalidad que no es la nuestra; y esto involucra admirar la belleza interior y externa de los demás.
Cuando logras conectar con esta belleza interior y con lo que te rodea, tendrás empatía y entenderás cómo tu conducta o comportamiento puede impactar en la vida de los demás (ya se positiva o negativamente), y es ahí cuando comenzará el arrepentimiento. Arrepentimiento de ver cómo has dejado pasar horas, días, años con sentimientos encontrados, resentimientos, prejuicios, agresiones; entenderás cómo te has enfocado en el camino incorrecto gastando tu energía y paz en acciones que lastiman al prójimo o a tí mismo.
¿Cómo viven los jóvenes la Cuaresma? Tiempo de arrepentimiento
La verdad es que el objetivo o enfoque es exactamente el mismo: perdona y reconcíliate. El detalle es que generacionalmente no “estamos en el mismo contexto social“. ¿Qué significa lo anterior? Bueno, pues.. seguramente como adolescente habrás llegado a pensar que no te entienden tus padres porque no vivieron en la misma sociedad que tú, porque no vivieron las “nuevas tendencias”, porque no son modernos. Y es eso, los jóvenes han encontrado un mundo que no es el mismo de hace 10 años, donde ahora predominan otras ideas o valores, donde tiene mayor peso la rebeldía ante lo “viejo” y se enfocan en el “amor propio“.
Sé que muchos tendrán otra opinión y es completamente válida, en esta nota sólo queremos transmitirles que no todo es fragilidad y oposición. Sí, es cierto que el amor propio va sobre todo, pero llevémoslo sanamente, empecemos por nosotros mismos para proyectar nuestros límites sin afectar a los demás, no sólo se trata de defendernos de lo malo, se trata de no provocar o atraer lo malo, ya que eso entra también en el pecado.
Y como jóvenes, nuestra reconciliación es diferente, lo ideal es encontrarnos a nosotros mismos aceptando el camino de Dios, reconociendo que Él estará presente en todo momento y que podemos confiar en Él para seguir sus reglas (si analizas los mandamientos, ninguno te lleva al dolor o te hará daño). El mundo es como es y no lo podemos cambiar, pero sí podemos iniciar un cambio como familia, inicia por perdonar a tu hermano o hermana, a tus primos, padres, tíos, abuelos, hasta a tus padrinos. Limpia tu corazón de odio, rencor, envidia o celos. Algún día tú le enseñarás esto a tus hijos y verás que llegaste más lejos de lo que pensabas, entenderás los regaños de tus padres o los “NO” que siempre tuviste, sabrás que tu conversión dio frutos en un ser más pequeño cuando acuda a tí ante cualquier conflicto.
Reconcíliate con todo aquello que te lastima, cada día visualiza cómo quieres enfrentar tus problemas y como o con quién los quieres compartir buscando apoyo. Y recuerda que siempre tendrás a alguien para ayudarte. Que esta Cuaresma te ayude para perdonarte y encaminarte a Dios, practica la abstinencia que manda esta Cuaresma y entrégate de forma renovada.