María niña es una devoción con más de 180 años de historia. Sor Magdalena en una oración que hacía al niño Jesús, tuvo una manifestación de María niña, se le reveló sobre un pesebre rodeada de ángeles.

Posteriormente, Sor Magdalena tuvo dos sueños de la Santísima Virgen María con aspecto de niña, quien la exhortaba a promover su culto con las siguientes palabras: “Quiero que se me dé culto en mi infancia, ya que es una devoción muy olvidada y considere todas las gracias que me pidan bajo esta advocación y esta imagen”.
A partir de entonces se dedicó a propagar el culto a la Virgen hasta que la devoción llegó a la Santa Sede y el Papa Gregorio XXVI le dio su aprobación. Y después esa imagen de María niña pasó a una joven llamada Rosario, ya que ella encontró la imagen escondida en un ropero y ella sentía un profundo amor por dicha devoción. Además, fundó la Congregación de las Esclavas de la Niña María en torno a la Divina Infantita, el Padre Federico Salvador fundó la Congregación de los Esclavos de la Inmaculada Concepción de María Niña y tiempo después se formó también la Congregación de los Misioneros de la Natividad de María, que se celebra el 8 de septiembre de cada año.

Sin embargo, hubo tres ocasiones donde el Espíritu Santo se hizo presente: el primero cuando el Espíritu Santo se le presentó a los papás de María para su nacimiento, el segundo cuando el Espíritu Santo se le presenta a María para la concepción de Jesús y el último fue el día de Pentecostés.