“Si confiáis en el Señor, no hay nada imposible” – Sta. Rita de Casia.
Si tenemos confianza en el Señor, no hay nada imposible. Recordemos las palabras del Santo Evangelio que nos dice: ¡Todo lo que pidas al Padre en mi Nombre se te concederá siempre y cuando lo pidas con Fe y sea para Santificación del Alma!
El ser humano siempre ha tenido la necesidad de confiar en alguien y nuestra confianza debe de estar sostenida en el Señor pese a las dificultades de la vida.
Nuestro Señor nos ha enviado a este mundo con el objetivo de ser felices siempre y en todo momento, y que siempre tengamos presente que lo que más ama nuestro Señor, es al ser humano y quiere verlo feliz siempre. San Juan XXIII, uno de mis Santos de mayor devoción, decía: “Nuestra vida es una peregrinación, nos detenemos un momento y luego reanudamos la senda”.
En esta peregrinación llamada vida vamos experimentando desafíos, retos, alegrías, tristezas, separaciones, dolor y alegría; en cierto modo difícil de comprender ante el ojo humano, pero ante los ojos de Dios es una prueba de su gran Misericordia.
Muchas veces en medio del dolor y del sufrimiento, algunas personas en medio de esa desesperación reniegan del amor misericordioso de ese Señor compasivo, rico en misericordia y atento para escucharnos. ¿Cuántas veces hemos perdido la confianza en Dios?, ¿Cuántas veces hemos renegado de su amor Santísimo?
Aquí está la clave del mensaje, nunca desconfiemos de los planes amorosos del Señor, siempre confiemos en el buen Pastor que nos llevará por el camino correcto, guiados de la Fuerza y Sabiduría Divina que solo Él puede darnos para alcanzar siempre la felicidad.
Santa María Goretti decía en su Oración “Señor, te pido, que nadie deje de esperar, de creer y soñar”. Apoyados en esta frase, siempre encomendemos al Señor todos nuestros proyectos, anhelos, tristezas y alegrías, dejémonos hundir en el bálsamo de su infinita Misericordia y amor confiando siempre que Él nos dará Sabiduría y Entendimiento para caminar por el camino correcto.
Algo que siempre hay que tener en cuenta es, nunca pensar que Dios es un Dios castigador o que nos castiga por una mala acción que hemos realizado, por el contrario, siempre nos muestra su bondad y Misericordia Infinita, solo confiemos siempre en Él.
Siempre hay duros golpes que dejan huellas profundas y hay cosas que nos lastiman con intensidad, pero siempre hay solución junto al Señor, solo debemos de confiar en Él, ya que nunca nos abandonará.
Como experiencia propia, puedo decir que un día yo cometí el error de renegar de Dios, de su Bendita y Sacrosanta Voluntad, pues creí que había perdido toda confianza y que ya no había nada de esperanza que todo estaba perdido, sin embargo, Él en su Sabiduría, no dejó que yo me alejara de su bondad Infinita; por el contrario me hizo comprender que lo que estaba experimentando era una etapa de mi vida, que tenía que cumplirse en mí para que quizá, yo fuera mejor persona, mejor ser humano, mejor compañero, a través de la prueba el Señor probó mi confianza hacia Él.
Hoy agradezco aquella prueba que me hizo acrecentar más mi Fe, más mi confianza en mi amado Señor, siempre con los brazos abiertos como lo está en la cruz para recibirnos a todos en el bálsamo de su amor; y gracias al Señor hoy puedo volver a sonreír, hoy puedo decir que soy muy feliz con mi Señor y como decía Santa Rita de Casia, una Santa de memorable biografía y significativa para mí en mi etapa de infante: “Si confías en el Señor, no hay nada imposible“.