De los mejores regalos que Dios ha hecho al mundo, aquí en la tierra es un Sacerdote.
Un Sacerdote es un modelo, de fidelidad, bondadoso con su pueblo, con disciplina Espiritual para guiar al rebaño que se le confía. Pastor bueno, que sabe cómo actuar para hacer lo que el Sr. Jesús quiere y a su vez reflejarlo en cada acción que día con día va realizando.
Ese reflejo de Cristo se ve plasmado en cada homilía que con amor nuestros sacerdotes van preparando, se ve reflejado en cada saludo, pero sobre todo se ve ese reflejo cuando nos abraza, un Sacerdote, ahí sentimos el abrazo del mismo Jesús.
Pues antes de haberlo formado en el vientre Materno, Dios lo conocía ya desde un Principio, y antes que el Sacerdote Naciera, Dios lo tenía ya consagrado, como Profeta de las Naciones.
En el Corazón del Sacerdote. Dios Sembró la Semilla, de amor, entrega, a un Pueblo.
Como Pastor, un Sacerdote es Ordenado, ejemplo de vivir y una guía para todos, luz para todos los que buscan una luz en la obscuridad.
Queridos Sacerdotes, regalo de Dios que nos dejó aquí en la Tierra para ser el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, de su amor para nosotros GRACIAS POR SU ENTREGA, POR SU SACRIFICIO, POR ENSEÑARNOS A VIVIR EN ESTE AMOR QUE LE TIENEN, A NUESTRO SEÑOR QUE HAN DEJADO TODO POR SERVIRLE.
En cada confesión el Sacerdote pone su corazón, en el Sacerdote el mismo Cristo se hace presente y perdona nuestros pecados, y es ahí en la Santa Eucaristía, donde el Sacerdote es la presencia pura y viva, de la MAYOR PRUEBA DE AMOR.
DEDICADO A UN SACERDOTE MUY ESPECIAL