Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio, con pasos suaves para no despertar nuestros dolores, no despertar nuestros fantasmas, no resucitar nuestros miedos.
Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz para no asustar nuestra alma.
Benditos sean los que tocan nuestro corazón con cariño, nos miran con respeto y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.
Benditos los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen la generosidad.
Benditos sean esos los iluminados que nos llegan como un ángel, como flor o pajarito, que nos dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad para irse, escogen quedarse y hacer nido.
La mayoría de las veces llamanos a esas personas amigos…
Excelente mañana llena de las bondades del Señor…..que en tu vida no te falten verdaderos amigos.
Sigamos adelante aprendiendo nuestro deber tomando las decisiones correctas, actuando de acuerdo con ellas y aceptando la voluntad de nuestro Padre.
¿En qué consiste la responsabilidad de ser miembro de la iglesia católica?
Solo hay dos formas de serlo:
Trabajar por nuestra salvación.
Cómo ver por nuestros semejantes.
Con estas principales responsabilidades que nuestro Padre nos asigna, velar por nuestra propia salvación y por la de los demás, entendiendo por salvación el más alto grado que nuestro Padre ha dispuesto para sus hijos obedientes.
Estas responsabilidades que nos han sido confiadas y que hemos aceptado libremente, deben definir nuestras prioridades, nuestros anhelos, nuestras decisiones y nuestro comportamiento diario.
1. Aprender nuestro deber
Siempre debemos tener presente que el deber nos recuerda que somos mayordomos de todo lo que nuestro creador nos ha confiado.
Cuando aceptamos los deberes con buena disposición y fidelidad, encontramos felicidad. Aquellos que hacen de la felicidad el adjetivo principal de la vida, seguramente fracasarán, porque la felicidad no está en un resultado, más bien en sí mismo.
2. Tomar decisión
● Conócete a ti mismo. ● Enfócate en el presente. ● Confía en Dios. ● Toma en cuenta tus emociones. ● Identifica tu espiritualidad. ● Cambia de perspectiva. ● Ten cuidado con la presión social. ● Reduce opiniones. ● Reconoce tu amor por la Iglesia. ● Ponte en otros zapatos.
3. Actuar en consecuencia
¿Cómo conseguir que la otra persona sienta que la toman en cuenta? Al prestarle atención a una persona, le hacemos saber que es importante para nosotros, y una vez que la persona nos ha comunicado lo que sea que nos comunique, es necesario hacer que sus opiniones, ideas o sus asuntos, sean tomados en cuenta para hacerles saber cómo debe trabajar para el reino de Dios.
4. Aceptar de buena gana la voluntad del Padre
Cuando Dios creó al hombre, no lo hizo como si este fuera un robot sin inteligencia, ni poder decisional, sino que le dio la oportunidad de elegir cómo obrar y el camino a tomar independientemente de si sus decisiones fueran buenas o malas, ¡esto es algo realmente admirable!
LA VOLUNTAD DEL HOMBRE ENFRENTADA A LA DE DIOS ES LA ESENCIA DEL PECADO Y LA BASE DE LA CAÍDA DEL HOMBRE.
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio y no frío, ni caliente, te vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3:15-16
El momento de reflexión, late y bombea a una conversión para volver a Dios, un tiempo para borrar faltas, para creer, para latir con Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nuestro corazón. Es necesario hacer una transfusión de redención para eliminar los pecados.
Con ayuno, oración y una derrama de acciones a nuestro prójimo, son las condiciones y expresión de nuestra conversión. Es necesario acudir a la verdad que se manifiesta en Cristo, esto significa dejarse alcanzar por la palabra de Dios. Con un Miércoles de Ceniza de apertura y con un término en el Jueves Santo de Triduo Pascual (Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección).
Contamos 40 días no exactos, en la Biblia se simboliza con el 4, a un universo material seguido de ceros que significa el tiempo de vida de la Tierra, con sus pruebas y dificultades como por ejemplo los 40 días de diluvio, los 40 días de Jesús en el desierto, los 40 años de la marcha del pueblo judío por el desierto, los 40 años de Moisés y Elías en la montaña y los 400 años del pueblo judío en Egipto.
Tomando el color morado, que significa penitencia, practicamos la oración que nos lleva al encuentro con Dios, la penitencia que se realiza cotidianamente y sin necesidad de grandes sacrificios, aunado a una caridad que es necesaria, para llegar a la Pascua santificado.
¿En qué consiste el ayuno y la abstinencia?
En el ayuno, se ingiere una sola comida fuerte en el día, mientras que la abstinencia es no comer carne.
Si tenemos la gracia de la felicidad en casa, como hijos y amigos de Dios, nuestra Cuaresma será entonces un tiempo apropiado para purificarnos de nuestras faltas y pecados pasados. Todo ello invitándonos a hacer conciencia en la sociedad, siempre con un propósito para responder a estas necesidades a través de obras de misericordia y oración. En ello va la misericordia corporal, como se demuestra en:
Visitar a los enfermos.
Darle de comer al hambriento.
Darle de beber al sediento.
Proteger a las personas que se encuentren sin hogar.
Vestir al desnudo.
Enterrar a los muertos.
Visitar a las personas encarceladas.
También lo debemos mostrar en lo espiritual, como en:
Dar buen consejo al que lo necesita.
Consolar al que esta triste.
Perdonar al que nos ha ofendido.
Enseñar al que no sabe.
Corregir al que se equivoca.
Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
Rezarle a Dios por los vivos y por los difuntos.
Si se realiza este ejercicio de obras de misericordia, se comunica con la gracia a quién la ejerce, y con ello hacemos o cumplimos con la voluntad de Dios, teniendo en cuenta que esto funciona como “una goma” que borra las penas que da el alma por todos nuestros pecados … “Esperando coexistir en el amor, la misericordia y la justicia”.
¿Comprender la realidad de la Iglesia como sacramento o instrumento de la unión íntima con Dios? Se tiene primero que aclarar la duda de cuando hablamos del espacio de Dios, ese que trasciende con toda criatura, entonces encontramos que en un sentido muy básico, la Iglesia, es un espacio mensurable y geométrico que desplaza al espacio originario que está a la mano de lo familiar, una zona teofánica para un signo de divinidad donde se remite al fundamento y expresa lo trascendental. Para que la feligresía encuentre un espacio social de fe, donde los hombres intentan entenderse entre sí.
Así podemos afirmar entonces que la Iglesia como comunidad de Fe, ha surgido de tal acción del Espíritu Santo. Y este, el Espíritu Santo, es el tercer miembro de la Trinidad, es un personaje del Espíritu, sin un cuerpo de carne y huesos. A menudo se le llama el “Espíritu de Dios”, el “Espíritu del Señor” o “el consolador”.
A revelación de Él, las verdades se muestran ante nuestros ojos, para recibir un testimonio seguro del Padre, que se comunica con nosotros de una manera certera para nuestros sentidos naturales. Y estos a menudo encuentran un examen donde la oración, meditación y búsqueda de la dirección de Dios, hace que pasemos al camino de la vida, donde compartimos altibajos del día con amigos o familia.
Cuando esto sucede, practicamos una adaptación muy abreviada a dicho examen, pero dejar el ejercicio ahí, nos haría perder dicha conexión. Y por tanto, no tendríamos la presencia de Dios con la falta de acción intencional y sin acorde a su voluntad.
Así dejamos:
De tomar consciencia de la presencia de Dios.
De tener gratitud.
Inquietud en las emociones.
Pérdida de la oración.
De seguir el camino a Dios.
Tomar estas acciones, nos ayuda a distinguir el juicio y en especial el propósito de Dios. PD. Para mis amigos de Pastoral de Adolescentes.