En nuestro hogar la Iglesia Doméstica, donde Cristo nos mandó, siempre debemos de valorar todo lo bueno y lo no tan bueno que Dios manifiesta en nuestra vida, leamos sobre el valor de la familia.
Valoremos los momentos que pasamos en familia, esos momentos alegres donde compartimos una sonrisa, carcajada, etc., los momentos donde podemos ver la sonrisa de todos aquellos que amamos y que tal vez no solemos apreciar o agradecer, esa felicidad que siempre va a emanar de lo profundo del corazón.
La llegada del COVID-19 nos enseñó muchas lecciones y una de ellas fue el agradecer lo mucho o poco que Dios te ha dado a lo largo de tu vida, esos pequeños momentos de felicidad que a veces pasamos desapercibidos, ese abrazo que necesitas de vez en cuando para sentirte mucho mejor.
En los momentos difíciles, siempre como familias debemos tener un diálogo; el diálogo es la llave de todo triunfo y éxito, nunca nos desesperemos en los momentos más difíciles de nuestra existencia, por el contrario, siempre confiemos en la bondad de Dios y con la ayuda de todos nuestros seres queridos salgamos adelante de las dificultades, recordemos lo que Jesús nos dice siempre “No están solos, yo estoy con ustedes” sumado a esto el amor familiar vencerá cualquier dificultad, por mayor que sea o sintamos que sea la prueba siempre unidos venceremos cualquier adversidad.

Como hijos de familia disfrutemos la presencia de nuestros padres, disfrutemos aquellas experiencias que nos comparten, aquellas experiencias que nutren nuestra vida, demos gracias a Dios en todo momento por la vida de nuestros padres que con amor nos conducen por el buen camino, que aunque existen ocasiones dónde dudemos siempre debemos confiar en ellos, oremos también por ellos para que sean buenos padres, pues también son seres humanos propensos a caer en algún error, no juzguemos los errores de nuestros padres, por el contrario, oremos siempre por ellos para que realicen un buen trabajo en la educación de sus hijos a ellos confiados.
Si tenemos hermanos o hermanas, también hagamos oración por ellos, para que Dios bendiga su vida, sus estudios, sus trabajos, seamos hermanos de calidad, donde en nuestro hogar se vea reflejado el amor, cariño, apoyo, comprensión a nuestros hermanos de esta manera nuestra familia se verá fortalecida con el amor, evitemos las discusiones, evitemos siempre la agresión, recordemos que el diálogo y la fraternidad es la llave del éxito.
Te recomiendo que para alcanzar una verdadera felicidad en nuestro hogar hagas oración, para que Dios nos permita ser mejores hijos, mejores padres, mejores hermanos, mejores amigos, mejores hombres y mujeres, para que en nuestra vida habite siempre la alegría, la dicha y la felicidad.