No siempre debes de “estar bien” ante todo o en todo momento, está bien ser frágil y sacar a la luz aquellas partes rotas de nosotros delante de Dios.
Y no digo que debemos dejar que todo lo malo que nos suceda nos derrumbe una y otra vez, sino más bien que no está mal, no estar bien siempre.
Ya que las heridas, las peores temporadas, dolores y pérdidas son aquellas que nos ayudan aprender y posicionan dónde debemos de estar.
Si te encuentras en algo así, quiero decirte que vas a estar bien aunque no lo parezca, llora si debes hacerlo, siente tu dolor, ofrécelo a Dios y eventualmente solo será un testimonio más.

Está bien no estar bien, ofrécelo a Dios

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