La oración debería de ser una parte fundamental en nuestras vidas, ya que “hablando con Dios” elevamos nuestro corazón hacia él; cuando oramos, entramos en relación con Dios.
Hacer la oración parte de nuestro día a día, a veces es un poco difícil, se vuelve constante a largo plazo, puede ser un trabajo duro, porque, como sociedad, vivimos nuestros días, ocupados en nuestras casas o lugares de trabajo, de estudio, distraídos por cosas buenas que, si las dejamos, nos impedirán orar.
Al momento de hacer una oración, es como cualquier otra relación; es la conexión con Dios y no prosperará a menos que exista intención y esto requiere esfuerzo.

Ahora, tal vez sientas la necesidad de pasar tiempo con Dios y quieras desarrollar un hábito de oración, pero no estás seguro por dónde empezar. No te preocupes, yo te comparto estos sencillos pasos para que inicies «hablando con Dios», lo principales para poder comenzar a tener el hábito de la oración, no tenerla como rutina, más bien para realizarla de manera consciente y positiva, que tenga un sentido en tu vida.
1. Toma una decisión: Primero, tengo que decidir que quiero hacer de la oración, una práctica diaria. Ese es el primer paso. Después, tengo que concretarlo.
2. Elige una hora: Aunque lo correcto es comenzar a dar gracias con una oración por la mañana, también se puede elegir otro momento en cualquier hora del día.
3. Elige un lugar: Se puede orar en cualquier lugar, pero lo recomendable para una profunda oración, sería un lugar correcto, un lugar sin distracciones, en donde te encuentres solo y que seas capaz de lograr tu concentración al máximo.
4. Pide ayuda: Dentro de la oración se encuentran las acciones de gracias, por lo que el señor Dios permite y lo que no en nuestras vidas, lo que pasamos día a día, lo que queremos lograr, y también orar por todas las razones equivocadas, se vale.
5. Lee tu Biblia: Dios se ha comunicado por gracia con nosotros a través de la Biblia, por ello cada día podemos abrirla para ayudarnos a aprender de él. Escucharlo a través de sus palabras, frases y oraciones es algo maravilloso.
Finalmente les comparto una pequeña oración que fue tomada de la Biblia, en el apartado de los salmos:
Salmo 5, 2-10. 12-13
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.
A ti te suplico, Señor:
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.
Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.
En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.