Desde que era muy chiquito escuchaba a mi abuelita hablar de alguien muy importante para la vida de todos. Alguien con quien puedes hablar cuando estás triste o feliz y que te ayuda cuando te sientes solo.
Yo quería saber quién era para que fuera mi amigo.
Mi mamá y mi hermana también hablaban de Él, me decían que siempre que le habían pedido algo, Él les ayudaba y yo les creí porque muchas veces vi llorar a mi mamá por mi hermana pequeña que estaba en el hospital o porque no le alcanzaba para comprar comida y días después llegaban personas que nos ayudaban.
Me dijeron que la mejor manera de conocerlo era escuchando la misa y yendo al catecismo, empecé a ir y a entender más de todo lo que había hecho, no nada más por mi mamá y mi abuelita, sino por todo el mundo.
Tengo muchos amigos que he hecho estando en la Iglesia y me han ayudado, mis amigos de Pastoral de Adolescentes, el Padre Arturo y el Padre Ricardo; y estoy seguro de que esos amigos Él los mando para que yo siguiera sintiendo lo mucho que me quiere.
Aún soy pequeño y de grande quisiera estudiar muchas cosas como doctor, dentista, cantante y también sacerdote… no lo sé, de lo que sí estoy muy seguro es que quiero que siempre esté conmigo mi amigo Jesús.
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