Dediquemos esta frase a cada una de nuestras quinceañeras.
Señor, Dios mío,
te doy gracias por darme la vida
por crearme a tu imagen y semejanza
y por llamarme a ser tu hija en el bautismo.
Gracias por enviar a tu Hijo Jesucristo a salvarme
y a tu Espíritu Santo para santificarme.
Quiero responder: “Sí”
a todo lo que tú deseas de mí en tu bondad y amor. Con tu gracia me comprometo a servir
a mis hermanas y hermanos a lo largo de mi vida.
Me consagro a ti, María, Madre de Jesús y Madre nuestra, Tú estás muy cerca de él
y eres mi modelo de fe,
concédeme que continuamente aprenda de ti
lo que necesito para ser una mujer cristiana. Ayúdame a escuchar la Palabra de Dios
como tú lo hiciste,
guardándola en mi corazón y amando a los demás para que,
al caminar con Jesús en esta vida,
merezca alabarle junto a ti
para siempre en el cielo.
Amén.