Hoy Sábado, cerramos el curso sobre los Derechos humanos de los niños, dirigido a padres e hijos que asisten a catecismo en la Iglesia en San Pablo Chimalpa y en la Santa Cruz de Cristo. Ha sido un honor para nosotros poder acompañarlos y brindarles este pequeño taller que se ha preparado con las expertas en el tema: la Lic. Verónica y Miriam.
Sin duda vivimos 3 intensos sábados, donde tanto padres como hijos, aprendieron lecciones, conceptos teóricos y prácticos para aprender y fomentar los principios de educación con ternura. Si bien este curso “Derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, límites sanos y educación con ternura“, se han tocado temas fundamentales para el crecimiento familiar, tanto en lo social, como en lo espiritual.
Confiamos en las expertas que nos acompañaron todas estas sesiones con su conocimiento y habilidad para transmitirnos la esencia de cada tema que nos ayudará a crecer como sociedad. El tema de autonomía progresiva, ha sido uno de los pilares en este curso, y es que a la mayoría de los adultos se les ha guiado para crecer y llevar el día a día. Vivimos en una sociedad que nos consume y absorbe de toda energía, vives para trabajar y no trabajas para vivir.
La autonomía progresiva, es nuestra guía para desarrollar la capacidad de tomar decisiones por nosotros mismos; y se va desarrollando desde nuestra infancia. ¿Y cómo sabremos si nuestras decisiones son correctas? Aunado a esta independencia para tomar decisiones, se deben regular bajo un contexto que reconozca la autoridad y poder legítimo para no dañar a nadie o romper con las reglas de convivencia.
Como sociedad libre, debemos fomentar líderes, quienes tengan la capacidad de decidir de forma constructiva, escuchando a los demás, tomando decisiones con responsabilidad para estar “dos pasos adelante” y garantizar la comunicación efectiva entre todos. Estos nos llevará a un marco de autoridad, donde mediante el poder y el liderazgo, se evita la desconfianza y temores.
Reconozcamos nuestras debilidades y crezcamos juntos como individuos, familia y como sociedad. Aprendamos a tomar conciencia sobre nuestros actos e impulsos para no reflejar conductas incoherentes en nuestros pequeños, seamos capaces de fomentar el diálogo, de expresar sanamente nuestras emociones y de solucionar conflictos desde su naturaleza (sin atacar a los involucrados, sólo atacando el problema en sí).
Tenemos mucho por aprender y sobre todo, tenemos mucho por disfrutar en familia. Eduquemos a los niños con ternura, marcando límites y preparándolos para sus deberes y responsabilidades. Si se perdieron la sesión pasada, les dejamos aquí la nota de la semana pasada.
Les agradecemos mucho a Verónica y Miriam por su participación en este curso, por su entrega y compromiso; así como a todas las catequistas y compañeros que nos han brindado su apoyo. Esperamos de todo corazón que este curso les sea de gran utilidad y se lleven grandes enseñanzas junto con sus hijos.