¿Cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta? ¿Por qué a mí?

Cuando nos enfrentamos a algún tipo de duelo, ya sea por la muerte de un ser cercano, una ruptura amorosa, la pérdida de empleo o el diagnóstico de una discapacidad en un hijo, lo primero que viene a nuestra mente es ¿por qué a mí?

Yo tenía otros planes, me iba a casar, saldría de viaje con tal persona, con mi sueldo compraría un carro, mi hijo sería el mejor de la clase…” Pero, ¿qué pasa cuando los planes de Dios son otros?

Cuando estás embarazada, además de los síntomas, cambios físicos y emocionales, también están los deseos… Deseo de que tu bebé nazca con el cabello de tal forma o color, que sea niño o niña, pero principalmente que esté sano.
Damos por hecho que a los 6 meses podrá sentarse solo y comerá papillas, a partir de los 9 meses empezará a hablar y tal vez dará sus primeros pasos, irá a clases de natación, será el primero en su clase y se graduará con honores… Pero de un momento a otro escuchas al doctor decir: Su hijo tiene discapacidad.

En ese momento tienes dos opciones: una, te derrumbas, maldices y preguntas ¿Por qué a mí?, y número dos, sacas las fuerzas que ni tu misma sabías que tenías, das gracias a Dios y preguntas ¿Para qué a mí?

Por qué a mí
¿Por qué a mí?

Dios no te eligió al azar, Él tiene un plan trazado para cada una de las madres con un niño con discapacidad, tal vez ese plan es muy distinto al que tú tenías pensado, pero no tienes vuelta atrás. Se vale llorar, se vale estar molesta, se vale sentir que no estás haciendo nada por tu hijo aún cuando lo has hecho todo.

Pero también se vale tomarse de la mano de Dios, resurgir y ejercer tu maternidad, tomar valor y afrontar todo aquello que venga.

Dios te ha mandado un ángel en la tierra para que descubras el amor de otra manera, un amor puro, sincero, un amor de verdad como el que solo Dios te puede brindar. Afortunadamente, nada salió como lo esperabas, de lo contrario nunca hubieras aprendido nada de lo que ahora sabes.

Agradecemos al autor que nos regaló estas palabras, encontré este texto en el hospital donde llevo a mis niñas a sus terapias y quiero compartirlo con ustedes.

“¿Alguna vez te has puesto a pensar cómo son elegidas las madres de los niños con algún impedimento físico o mental?
Yo visualizo a Dios recorriendo el mundo, seleccionando instrumentos para la propagación de la raza humana con mucho cuidado y deliberación. Mientras Él observa, da instrucciones a sus ángeles para que hagan anotaciones en una inmensa libreta.

Bertha López va a tener un hijo, su santo patrono será San Mateo.

Olga Pérez va a tener una hija, su santa patrona será Santa Teresa.

Finalmente, dice otro nombre a un ángel y sonriendo les dice “dale un hijo impedido”.

El ángel lleno de curiosidad le pregunta ¿Por qué señor si ella es tan feliz? Exactamente -sonríe Dios – ¿podría darle yo un hijo impedido a una madre que no conoce la risa?”, eso sería demasiado cruel para ese niño” – “Pero Señor ¿Tiene ella mucha paciencia?

– “Yo no quiero que sea demasiado pasiva, porque puede hundirse en un mar de autocompasión y desesperanza. Una vez que pase el primer impacto y se recupere, ella sabrá manejar la situación.

Yo la estuve observando hoy – dijo Dios- tiene seguridad en sí misma y personalidad independiente, que es tan raro y tan necesario en una madre. Como verás, el niño que le voy a dar vive en su propio mundo y ella tiene que lograr hacerlo vivir en el mundo real y eso no va a ser fácil.

Pero Señor, pienso que ella ni siquiera cree en ti. “Dios sonríe” – no importa, eso lo puedo arreglar, esta madre perfecta, es apenas un poquillo egoísta. El ángel traga gordo. ¿Egoísmo? ¿Eso es una virtud?

Dios afirma, ” si ella no se puede separar ocasionalmente del niño, no podrá sobrevivir. Sí, aquí está una mujer a quien bendeciré con un hijo menos perfecto, ella aún no se da cuenta, pero va a ser envidiada porque nunca una nueva palabra dicha, le pasará inadvertida, nunca un pasito le parecerá común y corriente, cuando su hijo diga mamá por primera vez, estará presenciado un verdadero milagro que no cualquiera le tocará presenciar.”

Le permitiré a ella que vea claramente las cosas que yo veo, ignorancia, crueldad, prejuicios y le ayudaré a elevarse por sobre todo eso. Nunca estará sola, yo estaré a su lado cada minuto de cada día de su vida para que haga el trabajo que le estoy dando con la seguridad de que estoy con ella.

¿Y su santo patrón? Pregunta el ángel. “Dios sonríe” – Su niño lo será.

Les dejamos aquí una oración por lo jóvenes para que juntos agradezcamos por todo lo que Dios tiene planeado para nosotros.

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