La leyenda nos dice que desde el Imperio Romano; nació San Valentín en Interamna Terni al norte de Roma. Fue ordenado sacerdote y después obispo de Interamna, por el Papa Víctor I c. 197. En su sacerdocio se dedicó además de la evangelización, a hacer milagros y a celebrar matrimonios entre jóvenes, los cuales estaban prohibidos en el siglo III, por orden estricta del emperador Claudio II, defendiendo la causa de que: “Los solteros sin familia son mejores soldados, ya que no tienen ataduras.”
Pero esta noble acción de San Valentín, fue descubierta por el emperador, mandándolo llamar a palacio, donde sin temor San Valentín proclamo el cristianismo entre los presentes, al final fue encarcelado por desobediencia y rebeldía. No obstante, con su aprehensión, le molestaban diciéndole que les hiciera un milagro, entonces un Oficial llamado Asterius, le pidió devolverle la vista a su hija ciega. Para ello San Valentín, puso sus manos sobre los ojos de la joven y diciendo:” En el nombre del Señor y de su infinito amor, te devuelvo la vista”, se cumplió y ocurrió el milagro. Asterius, se convirtió al cristianismo junto con su familia al ver tal muestra.
Lamentablemente el emperador, por temor a San Valentín y al incremento de sus seguidores, lo torturó y decapitó el 14 de febrero del 270. La joven a la que devolvió la vista, sembró un almendro de flores rosas, el cual florece cada 14 de febrero.
Cabe mencionar, que esta festividad era celebrada por la Iglesia católica cada 14 de febrero en el calendario litúrgico tradicional, pero en 1969, tras el Concilio Vaticano II, se reorganizó el calendario retirando su celebración. El Papa Francisco, en el 2104 al participar en la celebración de san Valentín, intentó terminar con algunas fiestas paganas resurgiendo la festividad de San Valentín y su sentido religioso.