Muchos jóvenes católicos creen, erróneamente, que con brindar servicio los domingos, asistir a las reuniones de los grupos parroquiales y quizás realizar algún otro estudio, es suficiente para poder tener una vida plena en el espíritu. Ciertamente, nos acerca a conocer a Dios, más no nos asegura que estemos siguiendo el camino que se nos encomendó, todos y cada uno de nosotros debemos tener momentos con el Señor, debemos encontrar ese momento donde Él esté a solas con nosotros y nos hable. Ahí nos aseguramos que estamos con Dios, no solo lo estamos conociendo.
Se preguntarán, ¿qué más debería hacer entonces?, no hay una respuesta concreta, dado que de muchas formas podemos conocer a Dios y acrecentar nuestra fe, aquí te dejo algunas formas para que las pongas en práctica y des un mejor servicio a Dios y un mejor servicio en la Iglesia:
- Tener un tiempo íntimo con Dios: debemos aprender a orar, leer y pensar en lo que hemos aprendido de la palabra del Señor. Lo más importante es pedirle a Dios la dirección correcta en nuestras vidas.
- La Biblia: como buenos católicos, todos conocemos y hemos leído alguna vez la Biblia, sin embargo, puede que no lo hagamos de la forma correcta. Por lo que debemos analizar e identificar qué es lo que Dios quiere comunicarnos durante el tiempo con Él a través de la Biblia y como Él espera que respondamos. Recordemos siempre que no hay que jugarle al intérprete y malentender la voluntad de Dios.
- Acrecentar tu fe: la mayoría de los jóvenes pierden el interés en la Iglesia al sentirse frustrados con su crecimiento. Esto se debe a que pocos saben identificar qué están haciendo mal. Por ello, te recomiendo identificar y evaluar las áreas de tu vida que estén involucradas en el crecimiento de tu fe en la Iglesia y trabajar poco a poco con pequeñas acciones que te hagan sentir cómodo y más cerca de Dios (toma en cuenta el punto anterior).
- Asiste a Misa: no solo basta con brindar servicio en esta, escucha, reflexiona y analiza lo que se dice. Es importante que entiendan por qué se usa la Biblia como la fuente de verdad, de máxima autoridad en nuestra vida y por qué decimos que Dios habla a través de ella.
- Sé espiritualmente maduro: si estás en grupo parroquial, si de ti dependen jóvenes o simplemente te gusta ayudar, conviértete en una persona espiritualmente madura para que puedas ayudar y guiar de forma correcta a otros. Es de suma importancia que te comuniques de manera correcta con las demás personas, apóyate en todo lo aprendido durante tu estancia en la Iglesia y da consejos que te hubiera gustado recibir.
- Identifica lo que es bueno y malo: crecemos escuchando que algo está bien o mal, pero, ¿realmente sabes el por qué? Hoy en día requieres respuestas más certeras. Aprende a explicar, con argumentos válidos y fundamentados a tus amigos o compañeros, el por qué de las cosas, el por qué se llaman buenas o malas, como rechazar malas enseñanzas de otros y cómo no ceder a la presión social.
- ¿Dios me ha hecho un llamado o simplemente creo en Él?: esta es una pregunta que debería surgir en todos los jóvenes creyentes, puesto que pueden confundir su camino. Existe una gran diferencia entre recibir un llamado de Nuestro Señor y demostrar que existe; enseñar que Dios existe y le conoces o lo has sentido, se puede hacer con el uso de argumentos razonables y visibles de su existencia, lo que afirma tu fe en Dios, la prueba de ello son los textos sagrados. Cuando Dios te llama, debes tener presente que necesitas saber ser un líder, tienes que prepararte estudiando, comunicándote correctamente, aprendiendo a escuchar a los demás y saber dar soluciones. Todo esto para poder realizar bien la tarea que te encomendó el Señor.

Después de conocer a Dios, dar un mejor servicio en la Iglesia y estudiar la palabra del Señor, ¿en dónde más puedo servirle y conocer a Dios?, ¿cuáles deberían ser mis objetivos como joven católico?
Algunas respuestas de la primera pregunta, son:
- Participar en los sacramentos, especialmente en la reconciliación, eucaristía, confirmación y la unción a los enfermos.
- Ofrece clases, presentaciones, retiros, grupos para diálogo, visitas misioneras; para acercar la palabra de Dios a los demás.
- Invita a sacerdotes y diáconos, a ofrecer guías espirituales para esos hombres y mujeres jóvenes que están discerniendo acerca de su vocación.
Para responder la segunda pregunta, te mencionaré los 3 primeros objetivos que debes tener en cuenta:
- Ayudar a los jóvenes a desarrollar su vida espiritual.
- Ayudar a los jóvenes a apreciar las enseñanzas y tradiciones de la Iglesia mediante la catequesis, la educación religiosa y grupos parroquiales.
- Ayudar a los jóvenes a entender que su vocación es un llamado a la santidad y madurez católica, la cual van a vivir ya sea como solteros, casados, en el sacerdocio, en el diaconado o en la vida religiosa.
Para finalizar, te recuerdo que existen pequeñas acciones que te hacen una mejor persona en la sociedad y en la comunidad católica. Por lo que te invito a ser servicial, amable, alegre, honesto, empático, bondadoso, buen amigo y compañero; esto ayudará a que a tu alrededor se cree un mejor ambiente, tanto en tu Iglesia como en tu casa, escuela, etc.