Benditos sean los que llegan a nuestra vida en silencio, con pasos suaves para no despertar nuestros dolores, no despertar nuestros fantasmas, no resucitar nuestros miedos.
Benditos sean los que se dirigen con suavidad y gentileza, hablando el idioma de la paz para no asustar nuestra alma.
Benditos sean los que tocan nuestro corazón con cariño, nos miran con respeto y nos aceptan enteros con todos nuestros errores e imperfecciones.

Benditos los que pudiendo ser cualquier cosa en nuestra vida, escogen la generosidad.
Benditos sean esos los iluminados que nos llegan como un ángel, como flor o pajarito, que nos dan alas a nuestros sueños y que, teniendo la libertad para irse, escogen quedarse y hacer nido.
La mayoría de las veces llamanos a esas personas amigos…
Excelente mañana llena de las bondades del Señor…..que en tu vida no te falten verdaderos amigos.