Desde niños pensamos o imaginamos que vamos a ser de adultos, algunos doctores, maestros, ingenieros, arquitectos, bailarines, cantantes, etc., pero llegado el momento de transición de la niñez y adolescencia, nuestras vidas se alejan de lo que habíamos soñado y es hora de pensar en el famoso “proyecto de vida”. Es importante tener claras nuestras metas y objetivos, pero lo es más el cómo lo lograremos y saber con qué aptitudes y capacidades contamos.
Es muy importante elaborar un plan o proyecto de vida, ya que este nos orientará para un futuro lleno de logros y oportunidades. Claro está que las dificultades no las podemos evitar, pero tendremos la oportunidad de contar con más herramientas para sortearlas. Si bien en este mundo tenemos libre albedrío y voluntad para hacer lo que queramos de nuestra vida, también debemos tomar en cuenta las consecuencias de nuestros actos y ser responsables; depende solo de nosotros el uso que le demos a nuestros talentos y de tener metas claras, información y esfuerzo.
Ya que tengamos nuestro futuro visualizado, nuestra voluntad se encargará de hacerlo realidad, no hay fórmulas mágicas, tenemos que trabajar en ello y ser constantes para lograr el objetivo deseado. Recordemos que la adolescencia es la oportunidad perfecta de soñar y planificar el futuro, ver qué tipo de adulto quieres llegar a ser, no solo en el ámbito profesional, sino también en la salud, la familia y las relaciones afectivas. Lo que decidas hoy, lo que hagas o no, afectará tu futuro, ya sea de forma personal, económica y laboral.

¿Qué es un proyecto de vida?
Es una guía, una herramienta o un esquema flexible que facilita el logro de las metas de una persona a corto, mediano o largo plazo. En él se describe lo que quieres llegar a ser, los pasos para lograrlo y los resultados que deseas obtener. Te permite ir sacando el mayor provecho de las situaciones que se te van presentando. Nos permite identificar nuestras fortalezas y debilidades en diferentes contextos.
¿Qué se necesita para iniciar a planear el proyecto de vida?
La búsqueda del proyecto de vida es un proceso que en tiempo puede variar según los objetivos, valores, necesidades, entorno social y herramientas que tenga a su alcance cada persona. Por ello, se debe realizar una autoevaluación para conocerse a sí mismo, no tener miedo a equivocarse y tomar decisiones.

¿Qué debe incluir tu proyecto de vida?
Debe incluir las diferentes áreas de tu vida como lo son: la afectiva y pertenencia, relaciones sociales y personales, la profesional, carrera u oficio, la actividad laboral donde deseas desarrollarte en un futuro. Y por qué no, el área espiritual, con los valores, ideales y creencias religiosas, y el área física, referente a la salud y bienestar, libre de adicciones destructivas.
Planear tu vida no solo es decidir qué estudiarás o a qué quieres dedicarte, por ello plantéate las siguientes preguntas:
- ¿Qué quieres hacer con tu vida?
- ¿Cómo deseas utilizar tu tiempo?
- ¿Estás preparado o preparada para el futuro?
- ¿Dónde crees que estarás en los próximos 1, 5 o 10 años?
- ¿Qué estilo de vida deseas tener?
- ¿Planeas formar una familia y a qué edad?
- ¿Qué estás dispuesto o dispuesta a hacer para lograr tus metas?
- ¿Con quién desearías compartir tu vida?
Y otras más preguntas, que dependiendo de tus necesidades te debes plantear.
Ventajas de construir un proyecto de vida
- Conocerte mejor.
- Identificar necesidades y establecer prioridades en tu vida.
- Conocer tus habilidades y desarrollar otras.
- Ser constante.
- Lograr autonomía e independencia.
- Mantener un espíritu de superación.
- Lograr un equilibrio entre la vida personal, familiar, laboral y social.